sábado, 6 de marzo de 2010

AREA GERENCIA: PROBLEMÁTICA ACTUAL DE LA GERENCIA

LA GERENCIA UNIVERSITARIA FRENTE LOS CAMBIOS PARADIGMÁTICOS.

En la comunidad académica actual, se vislumbra una importante preocupación por definir una nueva visión en la Educación Superior, que se traduzca en una renovación total del sistema por diferentes vías y mecanismos.

La capacidad para contextualizar, expandir y totalizar los saberes se traducen en el desafío de lo complejo, por lo que el problema de la transformación universitaria pasa necesariamente por la consideración de los efectos que en los espacios académicos han generado la incapacidad para enfrentar la fragmentación, la compartimentación, y el reduccionismo que la racionalidad mecanicista ha generado. La falta de reflexibilidad de sus autoridades, docentes y demás actores, sobre los problemas globales y contextuales, ha impedido a la universidad pensarse a sí misma y por ende pensar en los problemas sociales y humanos que le son propios (Morín, 1999).

Es por estas consideraciones, que en esta investigación se asume como eje epistemológico el paradigma interpretativo-comprensivo, ya que contiene elementos teóricos, metodológicos y técnicos, que permitirán abordar la construcción: Hacia una nueva concepción de la Educación Superior en Venezuela desde una perspectiva reflexiva, desde la vivencia de sus actores, desde el conocer la realidad antes que determinarla. Este paradigma como ya lo hemos analizado busca deconstruír los esquemas mentales del paradigma racionalista-positivista, para generar cambios y transformaciones en la realidad objeto de estudio que estén cónsonos con las nuevas tendencias de la matriz socio-politica-cultural-espiritual-biológica-ética de la época.

LA PROBLEMÁTICA GERENCIAL EN LOS CONTEXTOS DE: MODERNIDAD, POSTMODERNIDAD Y TRANSMODERNIDAD.

“Desde el punto de vista epistemológico, la gerencia tiene como objetivo explicar y predecir la problemática de la eficacia (logro de objetivos), la eficiencia (logro de objetivos con la mayor utilización de recursos), y la efectividad social (impacto) de las organizaciones. Según esta definición, la gerencia desde cualquier concepción teórica, debe plantearse una búsqueda de la calidad, cuyos indicadores son la eficacia, la eficiencia y la efectividad, para lograr niveles de productividad. Además del aspecto técnico de la calidad, el abordaje gerencial de las organizaciones humanas, incluye la misión y visión institucional, que reflejan los valores que guían la conducta humana en el campo de trabajo. Es decir la gerencia establece una relación entre los aspectos de la gestión humana y la administración de la organización, e implica filosofar, gestionar y planificar.

La acción de filosofar, parte de la concepción general de la sociedad y de la producción, que tienen los actores, lo cual los lleva a idear el prototipo y los fines de la organización. Cuando se define la filosofía institucional, se tipifica el comportamiento de las personas que integran la organización, el aspecto ético que las identifica y los objetivos y políticas que viabilizan su existencia y desarrollo. Por lo tanto, la filosofía se crea alrededor del deber ser, y lo que será el futuro de la organización.

La acción de gestionar, se realiza para alcanzar un dominio del liderazgo, para manejar adecuadamente los recursos y para mantener la unidad interna en torno a la comunidad epistémica que define la cultura y el clima organizacional. Y además para favorecer una relación coherente con el entorno de la organización.

La acción de planificar, responde a la prevención, calcular el porvenir y prepararlo.
Estas tres acciones que componen la gerencia representan el engranaje holístico por excelencia que define el marco epistemológico que caracteriza la acción gerencial. Dependiendo de los modos de ver, conocer, e interpretar las relaciones de poder en función de las acciones de filosofar, gestionar y planificar, de allí dependerá la forma de gerencial la organización.

Al respecto Drucker, (2002) señala que la gerencia requiere movilidad y una dinámica constante dentro del tiempo y espacio universal, a objeto de cumplir con la revolución para las cuales están llamadas las organizaciones, con la búsqueda de la eficiencia y de una imagen de excelencia y productividad en un contexto de eticidad.
La gerencia al requerir movilidad y dinamismo, así como formación y capacitación teórica y de valores, que puedan mostrar los cambios requeridos, se convierte en el centro de las acciones para que la organización sea eficiente y refleje una imagen de excelencia y productividad. El asumir el rol de gerente, implica sostener una actuación directiva con el liderazgo y ética organizacional.
Gibson, (1990) señala que quien asume el rol de gerente, debe ser director y a la vez líder, debe estar preparado para enfrentar grandes cambios tanto en el aspecto administrativo-empresarial, como en las actividades que involucren el desarrollo del hombre como un ser social e integral, física y psicológicamente.

El término gerencia, está asociado a la actividad que realiza un gerente para alcanzar los propósitos organizacionales. En función de esta premisa la solución a los problemas del día a día en el área gerencial estaría sujeta a procesos de innovación o desarrollo de habilidades por parte del gerente para resolver problemas y conducir exitosamente a las organizaciones. Esta concepción, supone realidades uniformes y problemáticas solucionadas en función de un sistema de causas y efectos. Es cierto que el gerente requiere desarrollar capacidades cognitivas que le posibiliten el éxito en su praxis gerencial. Pero uno de los aspectos más importantes a considerar es que la praxis gerencial no puede ser descontextualizada de su realidad pura e inherente.

En la era industrial, la sistematización de la acción gerencial en función de la concepción señalada anteriormente ha dado lugar a teorías administrativas con diferentes enfoques tratando de dar respuesta a la complejidad y conflictos presentes en la actividad gerencial. Dentro de las principales prácticas gerenciales propias de esta concepción tradicional se encuentran: planeación, organización, dirección y control; enfoque liderado por los Teóricos representantes de la Teoría Clasica de la Organización: Taylor (1910); Fayol (1920); Mayo (1930); Mac Gregor (1960), quienes combinaron principios militares con mecanicistas, originando la forma jerárquica y estructurada que caracteriza a nuestras organizaciones, con patrones de autoridad y poder. Esta teoría asigna poca consideración a los aspectos humanos de la organización centrando su atención en aspectos relacionados con la estructura y asignación de tareas y reduciendo el proceso gerencial a un acto meramente funcional-productivo. Esta concepción gerencial, limita el desarrollo de capacidades humanas en términos de creatividad e innovación debido a la poca flexibilidad de la plataforma donde los individuos son sometidos a tareas especializadas previamente definidas, sin posibilidad de cambiar el sistema que genera individuos marcados por una lógica puramente mecanicista. Esta concepción mecanicista de la gerencia permea las acciones y la realidad misma relacionadas con los ejes de incidencia de la acción gerencial, como lo señala Capra: “El modo como se integran y organizan las relaciones de poder entre las personas, condiciona la forma como se estructura la toma de decisiones en el sistema productivo social, entendido este como un sistema vivo, compuesto por seres humanos y organizaciones sociales en interacción permanente entre sí y con los ecosistemas circundantes (Fritjot Capra.(1991:. Pág 28). Particularmente el siglo pasado y los inicios del presente ha sido testigo del significativo avance de la producción teórica en el campo administrativo y sobre todo en los últimos sesenta años la gerencia se ha convertido en objeto de estudio de múltiples disciplinas las cuales, desde diversas perspectivas y variados enfoques, procuran explicar y predecir su comportamiento. El resultado de este desarrollo teórico configura el paradigma que ha fundamentado el discurso administrativo y gerencial del siglo pasado y de inicios del presente denominado modernidad. La Visión Modernista tiende a gerenciar el contenido socioeconómico centrándose en el homuseconomicus como institución de regulación que recoge y moviliza el intercambio de riquezas que se produce por la acción empresarial y por los demás actores de una sociedad. Esta perspectiva de la gerencia tiende a objetivar al trabajador bajo la condición de recurso humano, vinculado a la técnico - estructura de la organización por medio de las tareas. Bajo esta manera de presentarse del mundo, la idea del hombre como fin en sí mismo no tiene ningún lugar. El hombre aparece como un medio, que si bien tiene la posibilidad de decidir con respecto a los otros recursos, no es en esencia nada diferente a ellos. Por tanto, no puede ser un fin pues, el único objetivo reconocido y aceptado como tal, es la maximización de los recursos. En un mundo así, las organizaciones creadas en la modernidad (fábricas, cárceles, hospitales y escuelas, universidades, entre otras), ahora no pueden tener otro propósito que no sea el de obtener el mejor provecho de los “recursos” que ahí se procesan.

En Venezuela, la aplicación de las distintas teorías administrativas clásicas y sus correspondientes proposiciones técnicas no han respondido a un desarrollo administrativo nacional que haya supuesto la revisión, superación y/o adaptación de concepciones doctrinarias y aplicaciones técnicas. Ha sido por la vía de la imitación refleja como se han adicionado las diversas concepciones teóricas y técnicas, de manera que, en la práctica conviven los más avanzados enfoques con las formas más tradicionales.

El discurso gerencial que ha predominado en el país hasta hacen pocos años, al no tomar en cuenta las especificidades que asume la gerencia en nuestra realidad, se convierte en contenido abstracto, carente de significación científica, en la medida que no es capaz de explicar la complejidad y el comportamiento de los problemas de la conducción de las organizaciones venezolanas.

Po esto es importante señalar que la gerencia es considerada un proceso complejo en el cual está inmerso el hombre con sus procesos psicosociales, el contexto con su dinámica y realidad cambiante en la que se producen interrelaciones que se ven influenciados por factores psicológicos, antropológicos y sociológicos incluso biológicos que hacen de la acción gerencial una red compleja donde convergen un conjunto de manifestaciones, códigos de inteligibilidad y valores que se entrelazan para poder establecer principios definitorios de la acción que motoriza la visión y misión de cualquier organización basada en una conciencia histórica de sus propias realidades y en un plan estratégico definido de hacia donde quiere ir. Rondón (2009).

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